09/11/2022
Dentro de estas conversaciones sobre el clima, el concepto pérdidas y daños (en inglés, “Loss and Damage”) alude a los costos que ya se están produciendo debido a fenómenos meteorológicos extremos, como la subida del nivel del mar.
La idea de este fondo mundial es una antigua aspiración de los países pobres y en desarrollo, los más perjudicados por el cambio climático (como lo demuestran las sequías en Kenia y las inundaciones en Pakistán).
Los países ricos —encabezados por Estados Unidos y la Unión Europea— consiguieron sortear con todo éxito este debate el año pasado en la COP26 en Glasgow: temen que los obliguen a compensar a los más perjudicados; que los demanden y exijan indemnizaciones. Lo reemplazaron por un “diálogo” que tomaría tres años…
No hay acuerdo hasta ahora sobre qué debe contarse como “pérdidas y daños” en las catástrofes climáticas. Un informe elaborado en junio por 55 países vulnerables estimó que “las pérdidas combinadas relacionadas con el clima en las dos últimas décadas ascendieron a unos 525.000 millones de dólares, lo que supone un 20% de su PIB colectivo. Algunas investigaciones sugieren que para 2030 esas pérdidas podrían alcanzar los 580.000 millones de dólares anuales”, informa la agencia Reuters.
El Banco Mundial estimó que las pérdidas que sufrió Pakistán por las inundaciones de este año alcanzan un monto de 30.000 millones de dólares.
El ministro de Relaciones Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, afirmó al asumir la presidencia de la Conferencia, que “los resultados de este punto de la agenda se basarán en la cooperación y la facilitación, y no implicarán responsabilidad o compensación”.
El lunes 7 de noviembre el presidente de Francia, Emmanuel Macron, les pidió a los países ricos que garanticen la “justicia climática” y cumplan con sus compromisos financieros para abordar el calentamiento global. “Debemos aceptar la idea de la solidaridad financiera”, señaló Macron en Sharm el-Sheij, Egipto.
António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, quien cree que este tema será una “prueba de fuego” para el éxito de la COP27, ha nombrado a dos funcionarias de alto nivel para que intenten llegar a un acuerdo: la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, y la comisionada del clima de Alemania, Jennifer Morgan (quien, antes, dirigió Greenpeace International). Ellas lideran la mesa de trabajo “Pérdidas y Daños”.