16/10/2024
LOS PRIMEROS QUE CELEBRARON EL PREMIO NOBEL DE QUÍMICA 2024, que se dio a conocer el miércoles pasado, fueron los de Google.
¿Los de Google? ¿En química?
“Hoy es noticia que dos googlers recibieron el Premio Nobel de Química, publicó Juan Pablo (JP) Buiatti, Key Account Director de la Google Cloud Platform, en LinkedIn, quien destacó la importancia de “entender el aporte de AlphaFold, de Google, a la ciencia desde la IA, tan de moda estos días por los GPT, pero que es fruto de años de investigación y desarrollo en Google”…
El día anterior, martes 8 de octubre, había habido otra sorpresa similar. Dos pioneros del aprendizaje automático (machine learning) obtuvieron el Premio Nobel de Física. “El Premio de este año es acerca de máquinas que aprenden”, señaló Hans Ellegren, secretario general de la Real Academia Sueca de Ciencias. Uno de los galardonados fue el físico John Hopfield (91, Universidad de Princeton), quien en 1982 creó un modelo de redes neuronales para describir cómo el cerebro evoca recuerdos (la red de Hopfield). El otro es Geoffrey Hinton (76, Universidad de Toronto), el científico de la computación que el año pasado hizo noticia cuando renunció a Google, para “hablar libremente sobre los riesgos de la Inteligencia Artificial (IA)”. Hinton, conocido como “El Padrino de la IA”, utilizó la red de Hopfield como base para una nueva red que emplea un método diferente: la máquina de Boltzmann. Esta puede aprender a reconocer elementos característicos en un tipo determinado de datos.
A su vez, la historia del Premio Nobel de Química tiene que ver con las proteínas, y las proteínas están formadas por “veinte aminoácidos diferentes, que pueden describirse como los bloques de construcción de la vida”, señala el comunicado del Premio Nobel. “En 2003, el bioquímico David Baker (62, de la Universidad de Washington y el Howard Hughes Medical Institute) logró utilizar estos bloques para diseñar una proteína nueva que no se parecía a ninguna otra. Desde entonces, su grupo de investigación ha producido una proteína imaginativa tras otra, incluidas proteínas que se pueden usar como fármacos, vacunas, nanomateriales y sensores diminutos.
“Si quieres construir un avión, no empiezas modificando un pájaro; en lugar de eso, comprendes los principios básicos de la aerodinámica y construyes máquinas voladoras a partir de esos principios”, señaló David Baker, refiriéndose al valor de crear proteínas que no existen en la naturaleza.
Sobre el tema, hace cuatro años se produjo un avance sorprendente. El científico de la computación y neurocientífico Sir Demis Hassabis (48) y el químico teórico John Jumper (39) —ambos de Google DeepMind— presentaron un modelo de IA llamado AlphaFold2. Con su ayuda, han podido predecir la estructura de 200 millones de proteínas. Más de 2 millones de investigadores de todo el mundo han utilizado AlphaFold2, acelerando el descubrimiento científico en áreas como las vacunas contra la malaria y los tratamientos contra el cáncer.
Los de Google mencionan poco que sus “googlers” no ganaron el Premio Nobel de Química a solas. En realidad, Hassabis y Jumper están compartiendo la mitad del Premio Nobel de Química con David Baker (quien gana la otra mitad del premio). Hassabis fue uno de los fundadores de DeepMind en 2010; Google compró DeepMind en 2014.
(Los aficionados al ajedrez, a los juegos de salón y a los videojuegos celebraron el galardón de Hassabis, quien ha sido un ídolo en esos campos.)
Esta utilización de la IA en la ciencia ha llamado la atención. ¿Qué pensaría Alfred Nobel?, comentó The Conversation. ¿Será que la IA es el futuro de la ciencia?, planteó NewScientist.
Tal vez sería mejor idea crear un “Premio Nobel de Informática” para evitar que temas computacionales se queden con rubros como la física y la química.